El Diario de Patricia

Bienvenidos a mi blog!! En este blog vais a encontrar temas que a mi me parecen interesantes, como por ejemplo temas sobre música, noticias de actualidad, etc. Espero que os guste, porque es la primera vez que hago un blog.

lunes, 28 de mayo de 2007

EL RINCÓN DE DAHLIA BENERICE

SUEÑOS
I


El olor de los árboles me hacía recordar mi niñez. Andaba entre ellos para que aquellos juegos y canciones de años pasados me hicieran sonreír. El sol se estaba escondiendo haciendo que el cielo se tornara a un color rojizo precioso. Seguía caminando por el parque cuando le ví, él sentado en un banco, con vaqueros y camisa blanca. Tenía la mirada perdida en dirección al sol. No se porque sentí aquello, fue como un flechazo en pleno corazón. Me acerqué a la fuente a beber agua fresca y asi tenía un poco de tiempo para pensar en alguna excusa para acercarme a él. Me sequé los labios y fui tímida y lentamente hacia el banco. Me senté en la otra punta y... lo tenía! Ya sabía que decirle, pero cuando miré, vi que se había levantado y andaba con paso tranquilo. Me levanté entonces y fui detrás suyo. Lo tenia bastante cerca, lo suficiente como para que la fragancia de su colonia me invadiera, un olor que es imposible de olvidar. Seguia detrás suyo, andando por el parque, disimulando para que no se diera cuenta de que le seguía. Salimos del parque y se metió por una calle. Cuando dobló la esquina aceleré el paso y cuando entré yo en la calle, él ya había desaparecido...
II

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Todo había sido un sueño. Me levanté para ir a trabajar, sin poder olvidar a ese chico. Caminaba por la calle pensando en lo que había pasado. Sentía algo dentro cuando lo recordaba y ese algo me gustaba.
Llegué al trabajo y me dio un bajón de moral. Estaba cansada de tanta rutina, siempre las mismas caras, lo mismo en el trabajo, lo mismo en casa... “corre empieza a pelar patatas...” aquí da igual como este yo, el caso es trabajar. Me puse a hacer mis obligaciones y ya no le di mas importancia ni al sueño ni al chaval. Se me había olvidado ya, hasta que por la noche...

miércoles, 16 de mayo de 2007

EL RINCON DE DÁHLIA BERENICE by María

LAS ROCAS DEL LAGO
I

Allí estoy, como siempre, paseando por la orilla del lago al que voy cuando siento pena, angustia. La luz de la luna reflejada en el agua ilumina tenebrosamente mi alrededor, dejando ver un profundo bosque cercano a mí, una caseta en ruinas donde jugaba cuando era niña y a lo lejos puedo distinguir las rocas en las que me escondía para que mi padre no me encontrara cuando iba bebido y me quería pegar. Ahora todo está más en calma, más tranquilo, me inspira mucha paz, así que decido tumbarme en la fina arena. Siento como el aire ondea mi pelo, me causa un cosquilleo por la cara y me resulta muy relajante. Cierro los ojos y pienso en mi, mis miedos y temores, mis sentimientos. No sé en que momento debí de quedarme dormida, o no sé si realmente me dormí, pero en mi cabeza escuche un grito de angustia y desesperación pidiéndome ayuda. ¿Habrá sido un sueño?. Me incorporo y respiro profundamente para intentar calmarme tras el sobresalto de tormento. El cielo se ha nublado, lo que dificulta mucho mas la vista, pero tengo una linterna en la mochila, así podré llegar fácilmente a casa.

II

Abro la nevera y cojo un yogurt que empiezo a comer apoyada en la mesa. Voy descalza y siento el suelo frío, un frío aterrador, creo que nunca había sentido uno parecido. Tengo la puerta a mis espaldas, es como una frontera, a partir de ella esta la oscuridad. De pronto siento una brisa entrando en la habitación y con miedo miro hacia la puerta. El vaho sale de mi boca, el termostato ha bajado. ¿Cómo es posible que haga este frío de repente? Intento calentarme encendiéndome un cigarro y dar calor a mis manos con el mechero. Un zumbido en mi cabeza me indica que no estoy sola en casa. Un temor empieza a invadir mi cuerpo y empiezo a temblar de frío y miedo. Noto la presencia de alguien, creo que alguien ha entrado en la habitación. Me doy la vuelta hacia la puerta pero no veo a nadie. Estoy bastante nerviosa y no sé que hacer. Lo primero que se me ocurre es coger un cuchillo del cajón y sostenerlo en mi mano temblorosa mientras mis ojos buscan algo que mi corazón no quiere ver. Escucho como un susurro en mi oído, una voz muy débil, un susurro acompañado de un escalofrío aterrador, algo helado recorre mi espalda, los pelos se me erizan y el cuchillo cae al suelo. Es como si alguien me hubiera tocado.


III

Parece que pierdo la noción del tiempo. No recuerdo haber visto ningún amanecer, ningún atardecer, mis recuerdos siempre son oscuros. Nuevamente he sentido la presencia de la otra noche, así que he decidido hacer la escritura automática, método para comunicarte con los fallecidos, para ver si hay algo o me estoy volviendo loca. Apago las luces, me siento a la mesa y cojo suavemente el vaso. Me relajo, me concentro y al cabo de 5 minutos empiezan a surgir imágenes en mi cabeza. Me viene la imagen de mi casa, como una fotografía. Da la impresión de ser una casa solitaria, llena de misterios e inquietudes. Como en una película de terror, me voy acercando a mi habitación, sintiendo que en cada esquina hay algo observándome. Llego a mi cuarto y me veo a mi misma durmiendo, pero hay algo extraño en mi cara, refleja angustia, miedo... quizás estoy teniendo una pesadilla. Me siento en el borde de la cama pero de pronto escucho algo en el pasillo que hace que un escalofrío me recorra. Decido salir a ver que es lo que hay y me quedo paralizada al ver que en el fondo del pasillo hay una chica de pelo largo moreno, cara blanca, con ojos penetrantes, de color claro, inertes, sin vida, pero mirándome fijamente. Está de pie, recta, con una postura firme pero débil. Lleva un camisón negro que hace resaltar su pálida piel llena de golpes, cortes y sangre seca. Tiene gesto atemorizado, como el de una niña perdida buscando a su madre entre la multitud. Sus ojos clavados en mi reflejan mas soledad y temor que 1000 palabras podrían decir. Tras un tiempo ( no se si mucho o poco) conseguí preguntarle ¿quién eres? ¿ Que quieres? ¿ Que haces aquí?. Ella sigue en silencio pero veo como una lagrima brota y resbala lentamente por su mejilla para nacer otra a continuación. No sabia que más decirle, nos miramos otra vez fijamente y de pronto ella gritó ensordecedoramente.

IV

Abro los ojos, sudando, exhaustada y veo que la hoja esta llena de palabras y frases continuas. No pensé que esto pudiera pasar. Comienzo a leer todo lo que ese “ser” ha escrito a través de mi mano <<>> continuamente las mismas frases, no podía continuar leyendo y termine quemando la hoja y todo lo que había escrito en ella. No podía quitarme esas frases de la cabeza. Ni las frases ni las imágenes de la chica al final del pasillo, la imagen de la chica gritando desconsoladamente... Así que después de darle muchas vueltas al asunto decidí hacer algo al respecto. Pero estaba tan cansada por todas las experiencias vividas en una noche que me senté en el sillón. Pensando mucho sobre el asunto me quede dormida esperando tener sueños tranquilos, pero no fue así. Me inundaron la cabeza un montón de imágenes borrosas. Alguien, un hombre, acercándose a mí. Su aliento fétido me provocaba nauseas, él se tambaleaba y veía como su furia incrementaba a cada paso que daba hacia mí.

V

De pronto desperté en la orilla del lago, aturdida, sin saber que hacia allí. A mi derecha estaban mis entrañables rocas, las únicas que me protegieron durante mis largas noches de temor. Unos pasos mas allá había un grupo de jóvenes alrededor de una pequeña hoguera. Me acerque y vi junto a ellos a mi extraña amiga de tez blanca y ojos tristes. No hablaba, solo observaba con su mirada profunda lo que aquellos chicos hacían. Creo que ni ellos se percataban de su presencia. ¿Por qué solo la veía yo? En ese momento me sentí muy unida a ella y al acercarme mas descubrí el porque. Aquellos jóvenes estaban cogidos de las manos y hacían espiritismo. La moneda que había encima de un tablero se movía sola, en realidad era producto de la mirada de aquella chica inexistente. Cuando toqué el hombro frío de la muchacha se giro lentamente y como un susurro me dijo al oído ¿ahora comprendes? Y si, lo comprendí. Yo estaba muerta y aquella chica era mi ser, que había intentado explicarme lo que pasaba. Ahora entiendo que nadie me hablara, ahora entiendo esta soledad. Y ahora comprendo el silencio de aquella muchacha causado por las manos del padre que la mató.
Pensé que aquellas rocas me protegían, pero lo único que hicieron fue verme morir.
Allí, alrededor de la hoguera, había noticias del caso. Se ha encontrado a una muchacha asesinada por los maltratos de su padre entre las rocas del lago...

FIN


SOLEDAD, TRISTEZA Y COMPAÑÍA
Puede ser la soledad un camino a la locura?
en ocasiones soledad con falta de ternura?
un ángel de la guarda, de los que hacen compañía
aparece y te cura toda melancolía
pero al igual que viene se va
volviendo así a la oscuridad.
Di que siempre alguien te vigila
aunque tu no sepas nada
él cuida que no te den una patada
a lo largo de la vida.
Puede ser que tu existencia sea todo un desastre,
piensa que igual no tienes ángel de la guarda,
acabarás como el traje de un sastre
quemado por un cigarro tras dar la ultima calada.
No pierdas la esperanza, no te sientas solo,
si en el fondo siempre hay alguien
que de uno u otro modo
te demuestra su cariño, y sin saber quien
sabes que te lo da todo.
La tristeza que siempre te acompaña
que es como un extraño amigo
en el fondo el corazón te daña
y te trata como la vida a un mendigo.
No hay forma de evitarla
siempre esta ahí
única y exclusivamente por ti
y no hay mas que soportarla.
Así no puedo vivir
no hay forma de ser feliz
lo único que puedo decir
es devuélveme la vida, pequeño aprendiz

Con cariño, Dahlia Benerice